Descripción
La escarola es uno de los ingredientes más típicos en las ensaladas. Esta hortaliza de hoja verde y dentada la encontramos en cogollos amarillos con las hojas exteriores más verdosas. Sus hojas inferiores son muy anchas y cuenta con cuatro o cinco cogollos en cada lado de medio.
Tan como explican desde la Fundación Española de la Nutrición (FEN), existen numerosas variedades entre las que se distinguen las de hoja ancha y las de hoja rizada. Las del primer grupo son las de crecimiento rápido, que forman un cogollo sumamente voluminoso; su cultivo esta extendido por toda la Europa Meridional y en España es muy abundante en Cataluña, Valencia y Murcia.
La escarola antiguamente era utilizada como planta medicinal, hasta que se descubrió su uso alimenticio mediante el proceso de «blanqueado»: es cuando las hojas centrales quedan muy tiernas, pierden su sabor amargo original y se convierten en dulces y agradables.
Actualmente se suele consumir cruda, y normalmente se añade a ensaladas, ya que aporta un sabor amargo (aunque no tan pronunciado como el de la rúcula) que combina perfectamente con el aceite de oliva, la sal y el vinagre. También, puede consumirse guisada o cocida como cualquier otra hortaliza y tiene propiedades desintoxicantes y ligeramente purgativas.
También, es una hortaliza con un aporte calórico muy bajo (12 calorías por cada 100 gramos, según datos de la Base de Datos Española de Composición de Alimentos (Bedca), así como destaca por su altísimo aporte de potasio, 317 miligramos de cada 100 gramos. El potasio es un mineral esencial para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. Es un electrolito, y ayuda a la función de los nervios y músculos.