Descripción
El calabacín se ha beneficiado del interés creciente por la salud y la silueta. Como contiene bastante agua y fibra, llena el estómago y no falta en las dietas de adelgazamiento, siempre y cuando no se consuma frito. Las propiedades del calabacín son amplias.
Un calabacín de 250 g aporta solo unas 48 calorías, pero acompañadas de abundante fibra y cantidades notables de nutrientes esenciales: ácido fólico, potasio, hierro, manganeso, vitamina A y vitamina C (teniendo en cuenta que esta última solo se aprovecha si se consume crudo o ligeramente cocido al vapor).
VITAMINAS
Siempre que se consuma crudo o ligeramente cocido al vapor, destaca su contenido de vitamina C. Un calabacín mediano crudo (250 g) aporta el 60% de las necesidades diarias.
Es significativa la presencia de vitaminas del grupo B, esenciales para la obtención de energía. Importante es la cantidad de ácido fólico, vitamina decisiva para la salud del sistema nervioso y el sistema inmunitario.
MINERALES
Además del potasio, que contribuye a regular la tensión arterial y la distribución de líquidos en el cuerpo, el calabacín proporciona tres minerales esenciales para el buen estado de los huesos: calcio, fósforo y magnesio.
Otro mineral presente en dosis significativas es el hierro. Un calabacín de 250 g aporta de media 3,8 mg, que supone el 25% de las necesidades diarias, aunque no se asimilen en su totalidad.
FIBRA
En comparación con otras hortalizas aporta una proporción menor de fibra, pero es muy rica en mucílagos, unos compuestos que protegen la mucosa del sistema digestivo y favorecen la flora intestinal beneficiosa.
Son responsables de la buena fama del calabacín como alimento digestivo, indicado en casos de alteraciones como gastritis y estreñimiento.