Chirimoya «Extra»

2.50 /Ud

Peso unidad aproximado: 400-500 gr

Oferta: 2 piezas; 4 €

ud
Share

Descripción

LAS PROPIEDADES DE LA CHIRIMOYA

Contiene un 20% de carbohidratos, principalmente glucosa y fructosa. Esto hace que sea una buena fuente de energía: una chirimoya pequeña de 200 gramos proporciona 172 calorías.

Se trata, sin embargo, de un alimento con una baja densidad energética: aporta pocas calorías en relación a su volumen, lo que quiere decir que sacia más que otros alimentos que aportan tantas o más calorías.

Por eso las personas con diabetes tipo 2 o síndrome metabólico pueden incluir regularmente en su dieta raciones de media chirimoya.

Al mismo tiempo resulta muy nutritiva, pues vitaminas y minerales están muy concentrados en su pulpa. Contiene abundantes vitaminas del grupo B y de vitamina C, así como buenas cantidades de potasiocalcio y hierro, y aunque en muy baja proporción también cinc, yodo, cobre y manganeso.

Su efecto energético es favorecido por el contenido de vitaminas de grupo B, que transforman los nutrientes en energía celular. Una chirimoya aporta en torno al 20% de la vitamina B6 que se precisa al día, y un 15% de la B1 y la B2.

LOS BENEFICIOS DE LA CHIRIMOYA

La composición nutricional de esta fruta, así como su contenido en compuestos fitoquímicos específicos, se asocian a una serie de beneficios para la salud.

REGULA LA TENSIÓN ARTERIAL

Posee abundante potasio, lo que junto a su escaso contenido en sodio la convierte en una buena aliada de la salud arterial. Un ejemplar de unos 200 gramos cubre el 15% de las necesidades diarias de potasio.

FORTALECE HUESOS Y MÚSCULOS

Una chirimoya pequeña (200 g) proporciona el 10% del magnesio que se precisa al día y pequeñas cantidades de calcio, ambos importantes para la salud de los huesos.

Además la vitamina C (la misma cantidad de fruta cubre el 60% de las necesidades diarias) participa en la formación del colágeno que recubre las fibras del sistema nervioso y los haces musculares, de los dientes y los huesos.

COMBATE LA ANEMIA

200 gramos de chirimoya aportan el 8% del hierro que se precisa al día y al ir acompañado de vitamina C su absorción se ve potenciada. Es, por tanto, un alimento indicado para prevenir o tratar la anemia.

FAVORECE LA DIGESTIÓN

Su contenido en enzimas digestivas, al igual que sucede con la piña y su bromelina, mejora la digestión. Y por su porción de fibra soluble contribuye a proteger la flora intestinal y a regular el peristaltismo y el colesterol.

PODER ALCALINIZANTE

Como la mayoría de frutas y verduras, la chirimoya ayuda a regular el pH de la sangre, equilibrándolo, y protegiendo frente a ciertas enfermedades debidas a una excesiva acidificación del torrente sanguíneo.

RESULTA DEPURATIVA

Del mismo modo, su capacidad depurativa, por su riqueza en agua y fibra, es el regalo con que la naturaleza obsequia al organismo en los meses en que la oferta de fruta fresca comienza a menguar.

CÓMO SE COME

Es muy aromática y su peculiar sabor azucarado, ligeramente ácido, se antoja una mezcla de diversos frutos. Hay quien la compara con un intermedio entre plátano, piña y fresa, mientras que para otros se asemeja a una combinación de natillas, pera y canela.

La mejor forma de comerla es al natural, bien madura, aunque también puede pasarse por un tamiz y usarse como crema en la elaboración de sorbetes y batidos.

El gesto más natural con una chirimoya es el de cortarla en dos mitades, retirar el duro y pequeño tallo interior y disfrutarla a cucharadas mientras se devuelven al plato las pepitas intactas. Es una de sus grandes ventajas, pues de esa forma se disfruta con todas sus propiedades.

Pero si se está dispuesto a experimentar con algunas de ellas, su sabor nos sugerirá deliciosas combinaciones. Es necesario, no obstante, conocer algunas de sus particularidades.

La primera de ellas es que su carne se oxida rápidamente, con lo que adquiere un color pardo menos atractivo. Para evitarlo simplemente puede rociarse con zumo de limón e incluso añadirle su ralladura bien fina.