Descripción
Hay muchas variedades de naranjas, aunque seguramente una de las más conocidas sea la Navel, llamada así porque tiene “ombligo” (navel, en inglés). En ellas, encontramos un subtipo curioso que cuesta encontrar en las tiendas y mercados y cuyo color tira más hacia tonos más marrones y verdes que naranjas (aunque su pulpa sí es naranja): se trata de la Navel Chocolate.
Pese a su aspecto, cuando le den un bocado no esperen toparse con el sabor del cacao; pero sí con un gusto más dulce que el de las navelinas convencionales. La variedad surgió por una mutación que se dio de forma espontánea hace años en Picassent (l’Horta Sud, Valencia).
“La Navel Chocolate es una variedad muy antigua, pero estaba prácticamente olvidada”, explica Vicent Tejedo, ingeniero agrónomo del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA). Con la “búsqueda de la diferenciación”, algunos agricultores la han ido recuperando, poco a poco, desde hace apenas una década.
Uno de ellos es Rafa Plasencia, un agricultor que plantó hace tres años una hanegada de Navel Chocolate en Faura (Camp de Morvedre, Valencia). Recuerda que “al principio la llamaban Navel Negra”, pero por cuestiones comerciales, se consideró que vendía más asociarla al chocolate. “Mucha gente no la conoce y se destina mucho a exportación”, sostiene.
Su poca producción y mayor dulzor -se considera la más dulce de las Navel, que ya lo son de por sí- han hecho que se convierta en un producto gourmet. “Como hay tan poquita, muchos comercios van detrás de ella”, asegura Tejedo. Y eso se nota en el alto precio que se paga en el campo: Plasencia habla de 0,90-1€/kg.
Como subraya Tejedo, es una rentabilidad “brutal” para una Navel, una naranja con bajos costes de producción en comparación con otros cítricos como las mandarinas, ya que el árbol es productivo y le afectan pocas plagas (aunque hoy está bastante perjudicada por la del ‘cotonet de Sudáfrica’).
